Este verano, aprovechando un evento con mucho love-love, una gran boda griega, pasamos parte de nuestras vacaciones en Grecia. Si, soy Mediterránea, y todo lo relacionado con él me tiene loca perdia. Mediterráneamente es como vivo, y sí, este post es muy subjetivo 😉
No es la primera vez que viajo a Grecia, y ya sabia que me gusta (la gente, el clima, el mar, los colores, la comida, el idioma, la historia); pero si era la primera vez en Creta.
Creta, la isla griega más grande y hogar del dios Zeus (algo tiene que tener para que Zeus la eligiese como casa, no?) es una autentica pasada. Aquí os dejo nuestro recorrido y un par de recomendaciones, por si estas pensando en visitar esta isla antes o después.
Punto a favor: en casi todos los restaurantes te regalan el postre, que por lo general es abundante y riquísimo, y un chupito de Raki, el licor local; por lo que no te asombres si te traen algo al final de la comida que no has pedido, y disfrútalo doblemente.
Alquiler coches –> http://www.crete-car-rental.com/ Atención personalizada, muy simpáticos, y algo hippies. Te esperan en el aeropuerto con un cartelito y te acompañan al coche. Creta es grande, y si quieres descubrir las verdaderas maravillas de la isla, no hay nada como la libertad de conducir y amoldarte a tus propios horarios y rutas.
Chania
Chaniá (pronunciado algo así como Janiá) es una de las 2 ciudades con aeropuerto, en este caso también base y aeropuerto militar. Pasear por sus calles es trasladarse a otra época, con sus calles empedradas, sus palacetes venecianos, sus toques árabes… a la luz del día es especial, y los tonos anaranjados de noche son espectaculares. No te pierdas la zona del puerto, la mezquita, cualquiera de los restaurantes en la calle Chatzimichali Ntaliani o cualquier bar con música en directo del casco antiguo.
Comer: Paséate por cualquier supermercado, compra unos buenos tomates, pan, queso local, olivas, aceite de oliva, bava… y disfrútalo en la playa.
Cenar: 63o Mezedosxoleion para comida buenísima local. Souvlaki Art para un buen giros o souvlaki.
Parrandeo: Fagotto Jazz Bar, donde nuestra amiga y cantante Manto Panagiotakis se marcó unas canciones con el pianista.
Elafonisi
Es la playa por excelencia de Creta. Azules y turquesas se mezclan con arenas blancas y un mar interminable. No es fácil llegar hasta aquí y es una zona protegida, pero vale muuucho la pena. Asegúrate de traerte tu propia comida y bebida. Te aconsejo que pagues los 3 eurillos que cuestan las hamacas y la sombrilla, una ganga y la mejor opción para pasar el dia entero. Tampoco te olvides de tu snorkle y cámara de fotos.
Playa de Seitán
Lo reconozco, pasé miedo para llegar hasta ella, ¡¡que precipicios!!. Escondida entre rocas, y después de descender como cabras tal cual, esta playa es una joya. Pocas veces en mi vida he visto un azul tan intenso en el agua. Esta es una playa totalmente salvaje, por lo que ni hay baños, ni bares, ni restaurantes, ni agua potable, ni papeleras; vente preparado!
Rethymno
Lugar de origen de Doménikos Theotokopoulos, que dicho así no suena a nada, pero si digo El Greco la cosa cambia. Solo recomendaré no quedarse por la zona más turista de bares y restaurantes, o el paseo marítimo. Vale más la pena pasearse por la zona del puerto y el castillo, donde encuentras a la gente local, unas buganbillas preciosas, y restaurantes con buen sabor mediterráneo. Recomendamos también el Museo de Arte Contemporáneo, sobretodo a medio día, si hace mucho calor.
Comer: Thalasographia, una vistas directas al mar, y un servicio impecable. Perfecto para la comida o un brunch.
Parrandeo: HOME, donde pudimos disfrutar de la musica en directo de BelleVille, un grupo totalmente recomendado!
Matala
Después de cruzarnos la isla por el centro, cruzando caminitos, cabras, pueblecitos y vistas muy bonitas, llegamos a Matala, pueblo hippie por excelencia. No te olvides del snorkle!
Comer: El mejor pita giros de la historia! To milon tis Eridos es el nombre del lugar, pequeño, junto a la playa, y delicioso!
Cenar: Scala, el mejor restaurante del viaje, por la comida (marisco y pescado), el trato y la atmósfera. Cierro los ojos y me traslado a nuestra mesa, oyendo las olas y degustando el mar, la brisa, y la luna llena.
Heraklion
Apenas pudimos visitar la ciudad pues llegamos tarde y nuestro avión salía de madrugada, pero nos dio para buscar una buena cala y ver la salida de la luna llena.
Cenar: Ligo Krasi Ligo Thalassa. Cuando vimos que el sitio estaba abarrotado, que los platos tenian pintaza y que la mayoría de los comensales hablaban griego, supimos que este era una buena opción. Y así fue. Platos riquísimos e imposibles de terminar. Y para redoble de tambores, que apenas podíamos creer que esto fuese así, postre y licor gratis: dos pedazos gigantes de sandía y un plato enorme de una especie de buñuelitos con miel.
Efharistó!!!